domingo, 23 de junio de 2013

La última vez

Hace unos días viajábamos con Clau con el coche, y ella me revelaba algunas cosas de las que no recordaba en absoluto de los tiempos del accidente.

Me contó, por ejemplo, que estuve unos cinco días en terapia intensiva (Unidad de Cuidados Intensivos). Me relató las veces que entró acompañada de familiares y amigos. Yo no lo recordaba. Si registré su presencia y la de las personas pero como una única visita hecha en la planta común y no rodeado de aparatos y entubado. Era imposible para mí recordar esos días.

Con la sorpresa mutua, ella de saber que yo no sabía y yo de enterarme de nuevos detalles del accidente, seguimos el viaje en silencio.

Inmediatamente comencé a pensar en las últimas veces “antes de”. Y no solo el aspecto formal de la pregunta, sino también la sensación que tuve cuando lo hice. 
Cuándo fue la última vez que caminé? Y la última vez que sentí los pulmones llenándose de aire de pie, frente al mar? Cuándo fue la última vez que sentí fluir mi genitalidad? En qué momento dejé de sentir frío en las piernas? Una piedra en el zapato… cuándo fue la última?

Cada vez que me hago estas preguntas algunas veces tengo respuesta y la mayoría de las veces no. Aún con la ayuda de Clau, me es difícil recordar la sensación que tuve la “última vez que”.

Es como haber muerto y poder contarlo. Sí, es realmente haber muerto para ciertas cosas y tener la capacidad de contarlo.

Inmediatamente la reacción es la de pensar en el tiempo desaprovechado, lo poco que disfrutaba. “Tendría que haberlo vivido de otra forma”, razono. Claro, si hubiera sabido lo habría hecho de otra forma, me digo. No debería haber perdido el tiempo. Y muchos más etcéteras de este tipo. Hay muchas frases comunes que hablan de estos pensamientos. Frases profundas e inteligentes dichas por gente interesante. Frases para los posters y mensajes para publicar en redes sociales.


Pero no sirve.  No nos sirve a los que acabamos de “morir”. 
Bueno, en cierta medida estos pensamientos sirven, pero para guardarlos y recuperarlos de vez en cuando con una sonrisa. Pero no sirven para seguir viviendo (es tontería vivir con el miedo a la represalia). No sirven para seguir creciendo. No sirven para avanzar. Esto debería ocupar poco espacio y poco tiempo de nuestro interés. 

Nosotros estamos llamados a ocuparnos de otras cosas. Deberíamos aprender a nacer con y desde nuestra nueva realidad, con nuestra nueva mentalidad. Por supuesto que inexorablemente con nuestro nuevo cuerpo, con nuestra nueva forma de interactuar con los objetos y con nuestra nueva percepción de las cosas.


sábado, 22 de junio de 2013

El movimiento se demuestra andando

En la parte derecha del blog... sí, ahí, ahí... agregué un acceso a mi SoundCloud con canciones mías y algunas versiones. Quedará para éste y futuros posts. Espero que les guste.

También les presento una especie de clip que hice de la primera presentación que hicimos con mi grupo (El Ladrón de Cascabeles) después de haber salido de alta en el hospital. Fue muy agradable esa noche. Además de lo que representó para mí volver a tocar y cantar en directo.  



Recuerdo que después de tocar se me acercó un chico que al encontrarse cerca mío se percató de mi silla. "Ostras... y yo que te iba a aconsejar que te pusieses de pie cuando cantes porque no se te ve muy bien", me dijo. Debo decir que el efecto de lo que estaba bebiendo ayudó a su confusión.

Esta es una versión que grabé de un tema de The Beatles 


Y este último es un regalo que le hice a Clau, mi brújula y mi desorientación. La canción es una versión que hice de un tema de Ivan Lins




domingo, 16 de junio de 2013

Estado de situación

Hace mucho que no escribo y hoy me dieron ganas de contar un poco cómo estoy.

Estoy muy bien. Me siento muy bien, con ganas de hacer muchas cosas.

Claro que tengo algunos problemas, algunas dificultadas. La mayoría de las cosas, derivadas de la lesión. Algunas las esperaba y otras vinieron. Llegaron así, de forma imprevista.

Pocas novedades y muchas reafirmaciones placenteras (por suerte).

Continúo viviendo en una casa “provisoria”. Digo así porque no está adaptada para mí. Y no está adaptada porque es muy complicado y costoso hacerlo. De todas formas ya no es plan para mí seguir viviendo en Madrigal. No porque no me guste, sino porque necesito “geografía plana”. Pero no la puedo vender todavía. No hay “mercado”.

Este no poder moverme como quiero y necesito, hizo que mi vida sedentaria tenga un apogeo. Esta situación hizo que despuntara desde finales del año pasado una diabetes (todavía no sabemos de qué tipo). Los primeros meses, hiper-restrictivo control de glucemia cada ocho horas. Hacer hojas Excel para ver evolución y tendencia. Además de una concienzuda dieta, pinchazos de insulina (hasta tres veces por día). Pero de forma extraña desde hace un tiempito, en la dieta quité los azúcares y con sólo pastillas estoy regulado. Pero creo que esto no acabó todavía.

También estoy aprendiendo a convivir con una amiga que me tiene loquito. Una escara (úlcera por presión) en mi nalga izquierda. Es una compañera indeseada a la que le cuesta irse de la intimidad de mi culo. Al principio me preocupé mucho porque conocía su significado y sabía de sus consecuencias si no se la trata. Con el tiempo y con muchos cuidados estoy aprendiendo a convivir con ella. Pero no me gusta, no la quiero.

Lo que sí me gusta y a lo que le estoy dedicando mucho tiempo de mi vida es a algo que siempre quise hacer y ahora gracias a la confianza de algunos amigos, comienzo a desarrollar de manera continua. Ya les había comentado que había armado un pequeño estudio de grabación en casa. Además la idea de producir canciones de otros era una meta que algunas veces se dio de manera esporádica. Ahora estoy trabajando en forma más específica con algunos músicos y compositores que confían en lo que hago. Concretamente en los últimos 4 meses produje dos CDs y estoy trabajando en otros tres. Lo que hago cuando me envían solo una guitarra y una voz es encontrarle la onda a las canciones y arreglarlas. Grabar instrumentos y voces. Mezclar pistas, buscar sonidos digitales, masterizar y  editar. En otros, cuando el músico ya tiene todo hecho, solo mezclo y masterizo. Según el caso, hago la gráfica del CD. Más adelante, les voy a dejar una muestra para que puedan escuchar (ahora no puedo por cuestiones de márketing, jeje).


Aquí es donde paso la mayor parte del tiempo ahora. Una ventana a Gredos es la frontera con mi mundo interior.

Supongo que por este motivo y el haber comprado un lector de libros electrónico (gracias Maru por el empuje) hace que le dedique poco tiempo al blog. Pero supongo que además del afecto cuento con vuestra comprensión. Yo agradezco la lectura e intentaré ser más amable y sociable en este espacio.